30 de enero de 2010

¡Ay, nanita! La amenaza gay

Noticutre / En un país donde la discriminación es deporte nacional. Todavía exhaustos por darse golpes de pecho y sostener pesados crucifijos, los integrantes del Consejo de Analistas Católicos de México (¿existe eso?) mostraron poco miedo al ridículo al declarar que los matrimonios homosexuales, reconocidos por el Código Civil aprobado recientemente por la Asamblea Legislativa del DF, “constituyen una seria amenaza para el país, pues pretenden destrozar la esencia del matrimonio heterosexual y trastocar el orden social al vulnerar la célula básica de la sociedad, que es la familia”.

Si bien este grupúsculo oportunista que dice integrar a distintas instituciones cívicas y religiosas (incluyendo a la PGR, supongo) no ha protestado contra verdaderas amenazas para lo que queda de las familias mexicanas que quedan, como por ejemplo...
  • La pobreza que afecta al 51% de la población mexicana
  • La desnutrición
  • Nuestro fallido sistema educativo
  • La violencia de género y el machismo
  • La delincuencia
  • La alta prevalencia de alcoholismo y
  • La pederastía a la que es adicta la gente con sotana
...sí decidió ponerse las pilas para decir que la legalización de las uniones entre gays y el permiso para la adopción infantil, sumadas a la legalización del aborto, “muestran el grado de desprecio por los niños y por la vida”. Y claro, hablan con la verdad de su lado: sabemos que hay muchísimas pruebas de que varios curitas católicos aman a los niños y terminan corriendo virilmente por su vida.

“La nueva legislación es ética, biológica, antropológica, religiosa, jurídica y socialmente inaceptable porque se privilegia una ideología política nociva”, añadió esta organización desde su psicológicamente enferma mentalidad, según un comunicado citado por un panfleto de nombre El Universal.

Y ya para acabar, una joya más que muestra la clase de mojón que habita en el cráneo de estos homófobos de clóset: “la integración de niños en las uniones homosexuales a través de la adopción significa someterlos de hecho a violencias de distintos órdenes, como el psicológico, ya que se aprovecha de su débil condición para introducirlos en ambientes que no favorecen su pleno desarrollo”.

Eh... bueno, en eso sí debo aceptar que no hay cómo refutarlos. Siempre cabe la posibilidad de que alguna pareja homosexual lleve a su hijo a alguna iglesia y lo deje a solas con su confesor. En fin, sigamos festejando nuestro bicentenario con lo peor del pensamiento novohispano.

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