Desde los restos de un país al que le esperan al menos 6 años más de sodomización intensiva. Lejos de agüitarse por entregar un país con altos índices de desempleo, pobreza y desnutrición, con un ejército vapuleado por una escabullidiza minoría ridícula, y con niveles vergonzosamente bajos en cuando a poder adquisitivo y calidad educativa, el beodo de Los Pinos se dio una vuelta por el recientemente inaugurado Bioparque Urbano San Antonio, en el DeFe, para practicar la graciosa huida de este país cachilupis con destino a la agüevante Universidad de Harvard.
Dotado con ese puerco atlético que sólo se gana con una decidida y constante evitación de bebidas alcohóicas altamente calóricas, así como con una saturada agenda de trabajo y disciplina deportiva que alejarían a cualquiera de las tentaciones del dios Baco, Cosas Triviales sorprendió a este sujeto lanzándose en una tirolesa y haciendo cálculos matemáticos muy complejos y cabrones, junto con su cuñado Diego Hildebrando Zavala, para saber de qué tamaño deberán ser los postes y el mecate que requerirá para cruzar la frontera sin ser interceptado por algún cartel o por la border.
"Cosas de borrachos", dijo un jocoso empleado del lugar que, obviamente, nos pidió guardar el anonimato. Así sea.
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