Noticutre, en algún sitio de un pseudopaís que en verdad pudo ser un país. Como si México y el mundo no fueran ya una cosa de locos, el ahora también llamado Felipeje sorprendió a todos, poniéndole de su cosecha a las trivialidades memorables. Si de su antecesor el señor Fots había que cuidarse de los posibles efectos colaterales del prozac, ahora del borrachito hay que prevenirse de sus crudas o de sus incipientes delirium tremens.
Resulta que al teporocho le dio por fusilarse una de las frases célebres del político de Macuspana, y salió con el chistecito de que los empresarios mexicanos no pagan impuestos. Claro, las quejas no se hicieron esperar y, como tañido de yunque (pésimo, lo sé :B), el correctivo le obligó a retractarse antes de que le hicieran calzón chino, le retiraran la invitación al teletón o de menos lo declararan un peligro para México.
Por fortuna casi nadie se dio cuenta y, seguramente, al regreso del puente vacacional no haya ni quién se acuerde de tal pendejada. En fin, hasta la próxima peda del preciso, o a esperar el contrataje del Peje, que en una de esas nos sorprende diciendo que él sí tiene las manos limpias.
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